~Pov de Brina~
Deslicé la liga nupcial por mi pierna derecha, una sonrisa de picardía se dibujó en mis labios. La suave brisa del mar Mediterráneo entraba por el balcón de la habitación, trayendo consigo el inconfundible olor a sal y primavera de Montecarlo.
—¡Este hotel está increíble!—exclamó Helena, entrando con Judith y Melany, quienes lucían radiantes en sus vestidos de damas de honor de un delicado rosa pastel.
—Sí. Mis padres también se casaron aquí—respondí, sonriendo mientras las veía.
En ese momento, mis pensamientos volaron a aquel día en el que decidí aceptar toda esta locura.
Al día siguiente del incidente, Mike despertó, después de haber estado inconsciente por la gran pérdida de sangre que había sufrido. Estando a su lado, le pedí perdón por lo que había ocurrido con su padre.
—No hay nada que perdonar. Él pudo haber esquivado la bala, pero no lo hizo. Al parecer, estaba decidido a morir—me confesó Mike con una voz tranquila y serena.
Me explicó que, un segundo a