Mundo ficciónIniciar sesiónLa Inquietud y El Miedo
La terraza olía a pan recién horneado y a té, el aire tibio del sábado se mezclaba con el sonido lejano de las campanas de Florencia. Teo estaba de pie junto al fogón, batiendo los huevos con la calma habitual, cuando los pasos precipitados de Alessio y Mateo rompieron la quietud.
- Teo - dijo Mateo apenas cruzó el umbral, con la voz entrecortada - ¿Kaela está contigo? ¿La has visto?
El hombre levantó la mirada, confundido.
- No, pensé que aún dormía. Hoy no tienen clases ¿Por qué?
Alessio se pasó una mano por el cabello, visiblemente inquieto.
- Su cama está hecha. No hay señales de que haya dormido allí. Su teléfono está apagado.
Antes de que Teo pudiera responder, la puerta que daba al corredor se abrió. Dante entró con el paso firme







