Mundo ficciónIniciar sesiónEl Tiempo Corre
El motor del coche de Teo ronroneaba como un animal listo para estallar. Dante sujetaba el teléfono con la mano blanca de tensión y su voz sonaba cortante por el altavoz cuando Alessio respondió desde la pantalla de la tablet que tenía en las manos en la habitación de Kaela.
- ¿Qué tienen? - preguntó Dante sin rodeos.
- Estamos en la computadora de Kaela, jefe. - dijo Alessio, la respiración acelerada - Pero todo está encriptado. Tiene contraseñas dentro de contraseñas. Es una fortaleza. Ninguno podría forzarla ahora sin tener más tiempo.
El silencio se tragó un segundo la línea. En el asiento del escritorio, Mateo apretaba los puños, mirando la pantalla del móvil como si una respuesta pudiera materializarse por arte de fe.
- Piensen. - ordenó Dante, con la calma falsa de quien intenta







