Mundo ficciónIniciar sesiónEl Placer Compartido
Dante se apartó apenas un instante, dejando que Serena volviera a sus sentidos. Su cuerpo seguía temblando, la piel aún sensible al roce de sus manos y las huellas del orgasmo de ambos. La observó como nunca antes: su rostro encendido, sus labios entreabiertos, los ojos brillantes de deseo y asombro. Cada línea de su cuerpo le recordaba que estaba completamente suya, pero no podía precipitar nada.
- Ahora serás tú quien me diga, piccola. - susurró, con la voz cargada de deseo contenido - Dime cómo quieres que lo haga.
Serena lo miró con una mezcla de nerviosismo y decisión. La claridad en su mirada era nueva, audaz: quería explorar, dejarse guiar, pero también ser ella quien marcara el ritmo. Con un leve movimiento, hizo un gesto hacia él, indicándole que continuara.
Dante sonrió, su excitación







