Pero cuando se trataba de Mariana, el director siempre prefería mirar hacia otro lado.
Aun así, intentó defenderla una vez más:
—¿Y qué demuestra esa hoja?
—Demuestra que Mariana copió de mi examen y luego lo destrozó —respondió Sofía Valdés sin titubear.
—¿Y cómo pruebas que fue ella quien copió y rompió tu examen? Tal vez esa hoja sea tuya…
—Director, aquí tengo mis dos pruebas de “cero” —Sofía sacó de su mochila dos hojas en blanco.
Solo tenían nombre y número de matrícula; el resto estaba vacío.
—Usted puede notar de inmediato que la caligrafía no es la misma.
—¿Y qué con eso? Eso no prueba que esas hojas no sean tuyas.
—Mi mano derecha sufrió una lesión grave. El médico aseguró que no podría usarla en un mes. En el examen escribí con la izquierda, y mi letra salió torcida y temblorosa. Pero en las pruebas donde me pusieron cero, la escritura es perfectamente recta. Eso significa que alguien rompió mi examen real y escribió mi nombre en una hoja vacía. Esa es una de las pruebas.
El