Capítulo 271
La emoción hizo que Sofía levantara el brazo y de inmediato tirara de la herida.

Elías, al verla tan torpe, dejó escapar una ligera sonrisa.

Leonardo, que lo conocía de años, nunca le había visto ese gesto en el rostro. Involuntariamente volvió a posar la mirada en Sofía.

Aquella muchacha… tenía lo suyo.

Leonardo sonrió de medio lado, como si hubiera descubierto un punto débil en Elías.

—Ya vengué tu agravio. ¿Qué pasa, sigues molesta?

—El golpeado fui yo, no tú. ¿Por qué no pruebas a que te apaleen sin poder responder?

Sofía no era incapaz de devolver los golpes a aquellas reclusas, pero eran demasiadas, y además su brazo estaba herido. No pudo contra la multitud.

De repetirse, quizá no acabaría tan maltrecha.

—Leonardo, ¿qué tan graves son sus heridas? —preguntó Elías.

—Para una mujer son bastante serias. Lo demás son raspones, pero en la mano y el brazo los daños son profundos. Si hubieran golpeado con más fuerza, la señorita Valdés habría perdido el uso de la mano.

—Déjame ver.

Elí
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