—Luisa deseaba con ansias que Sofía se reconciliara con Alejandro.
Después de todo, si Sofía se casaba con él, eso también beneficiaría a ella y a su hijo.
Al ver lo ansiosa que estaba Luisa, Sofía arqueó una ceja y sonrió:
—Así es.
—¡¿De verdad?! ¡Eso es maravilloso! —exclamó Luisa con emoción.
— Sabía que el señor Rivera aún sentía algo por ti, de lo contrario, ¿por qué te habría citado?
—Luisa, está equivocada —respondió Sofía.
— El señor Rivera me citó para hablar sobre la cancelación del compromiso.
—¿Qué…?
Bajo la mirada inquieta de Luisa, Sofía pronunció cada palabra con claridad:
—El compromiso ha sido anulado.
—¡¿Qué?! ¿Se canceló?!
Luisa casi se desmayó al escuchar esas palabras.
Tomás la sostuvo de inmediato y le gritó a Sofía con furia:
—¡Sofía, te pasaste! ¿Cómo pudiste tomar una decisión tan importante sin consultar a la familia? ¡¿Acaso nos ves como si no existiéramos?!
—Es mi compromiso, así que yo decido. No tengo que consultarlo con nadie. Desde hoy, me haré cargo de