—¿Está todo bien?
—En realidad, no. —gruñó mientras me llevaba hacia el coche en el que habíamos traído a Fátima al hospital. Extendí la mano para abrir la puerta yo misma, pero él estuvo allí antes que yo, abriéndome la puerta... luego extendió su mano para ayudarme a entrar.
Suprimí el deseo de poner los ojos en blanco; estaba embarazada, no incapacitada. Pero las cosas todavía estaban frescas entre nosotros, no estaba pisando cáscaras de huevos alrededor de él... pero todavía necesitaba apreciar que acababa de renunciar a todo por mí... así que necesitábamos un tiempo de ajuste, un tiempo para acostumbrarnos a estar solo nosotros dos.
Todavía estábamos encontrando nuestro lugar, por lo que no quería presionarlo, ni exigirle que me contara cosas... no si él no creía que yo necesitara saber.
Confiaba plenamente en él. Sin embargo, no pude evitar sentir mi corazón hundirse al escucharlo mencionar a Callie, a sus padres.
Giré la cabeza para ocultar mi decepción al escuchar su nombre, so