Punto de vista de Jorge
La besé, la besé con una pasión incontrolable.
Necesitaba que supiera lo que me hacía y cuánto deseaba esto... cuánto la deseaba.
Mi boca chocó con la suya, probándola... mi lengua necesitaba tocar la suya, saborearla.
Ella ya estaba tirando de mi cinturón, sus dedos habían recorrido mi físico musculoso... parecía que me necesitaba tanto como yo a ella.
Yo estaba desgarrando su ropa, mi mente entró en una neblina lujuriosa que empezaba a afectar mi visión.
Una cosa era segura, no íbamos a llegar arriba.
Ella me empujó contra la pared, sus manos tiraron de mi cinturón de nuevo, esta vez liberando mi polla tan dura como una roca y agarrándola con sus manos.
Gemí de placer, la maldita sensación de su tacto era la mejor sensación del mundo... hasta que me embestía dentro de ella.
Giré nuestros cuerpos, colocándola contra la pared, recorriéndola con mis manos para después arrancarle la blusa y bajarle los leggins, revelando un conjunto de ropa interior de encaje negr