Punto de vista de Josefina
No podía dejar de imaginar al pequeño Enrique de diez años viendo morir a su propia familia ante sus propios ojos.
Un horror que nadie debería presenciar, y menos un niño pequeño e inocente.
Enrique, mi propio compañero, tuvo una infancia horrible... por culpa de mi familia.
Mi propia sangre.
La sangre que corre por mis venas es la misma que lo torturó a él.
No podía respirar... el corazón no dejaba de golpearme el pecho mientras una mezcla de ira, tristeza, odio y amor se extendía por mí al mismo tiempo.
Lo amo tanto, hasta el punto que me duele no pensar en que estemos juntos, pero ¿cómo podemos estarlo después de esto?
¿Cómo podría él estar conmigo?... No lo hará, no puede.
¿Cómo podríamos tener hijos juntos cuando él sabe que esa misma sangre es la que mató a su propia familia?
Estaba en mi cabaña en las praderas antes siquiera de saber cómo había llegado allí.
Una espesa niebla negra había cubierto mi mente, mis piernas actuaban por su cuenta. Solo neces