Punto de vista de Josefina
No pude evitar inclinarme hacia su tacto, mi cuerpo se moldeaba en su abrazo... de alguna manera, esas cosquillas que sentía con su contacto eran aún más fuertes. Él estaba cálido y por alguna razón, yo estaba fría, muy fría.
No había duda de quién me estaba sosteniendo, su intenso aroma me llamaba... cuero y sándalo. Habría estado feliz de quedarme así para siempre; en su abrazo y en un estado mental soñador.
—¿Josi? —una voz femenina llamó mi nombre y durante un breve momento, me pregunté qué estaba pasando exactamente.
Si estaba en los brazos de Lucas y mi mamá lo estaba presenciando... no, eso no podía ser correcto. Habíamos mantenido una relación en secreto... esto no podía ser real.
Tenía que estar soñando.
Oí a mamá jadear cuando abrí los ojos y logré enfocar a mi alrededor, mi visión era más nítida de lo habitual. Toda mi familia estaba de pie alrededor de mí y supe al instante que algo tenía que estar mal, porque sus ojos estaban llorosos, sus rostro