—¿Quién ganó? —Crují los colmillos.
—Yo... —El joven dio un paso adelante, con la cabeza gacha y avergonzado... bueno, al menos tenía valor.
—Creo que hoy aumentaremos la carga de trabajo de la hija del Alfa, ¿no?
...
—Lucas, ¿qué demonios está pasando? —José me persiguió mientras yo arrastraba a los dos heridos hacia el hospital.
—Este es el problema del entrenamiento, por qué el hospital sigue recibiendo guerreros heridos del entrenamiento... Se lo buscan. —Los empujé hacia adelante antes de explicarle a José.
—No bromees...
—Estoy serio. Están turnándose solo para pasar tiempo con tu hermana, para tener la oportunidad de acercarse a ella.
Por qué José me siguió y no Javier, porque al menos Javier habría pensado en un castigo adecuado para estos tipos.
En cambio, José estalló en carcajadas, doblándose y agarrándose el pecho como si le dolieran los pulmones.
—José. —gruñí entre dientes, molesto por su reacción.
—Está bien, parece que tienes esto bajo control. Yo regresaré con los demá