Punto de vista de Carla
Mantuve distancia de la oficina hasta que oí el portazo y el vehículo de Tomás alejarse.
No tenía prisa por volver a acercarme a él. Era extraño, y quería saber más desde Elena. Ahora tenía más sentido por qué ella había insistido tanto en quedarse en la Manada Nocturna Reformada cuando yo no estaba... Se estaba escondiendo.
Bajé las escaleras justo cuando Héctor salió solo de su oficina. No me vio detenida a mitad de la escalera, absorto en sus pensamientos mientras se crujía los nudillos. Sus ojos se clavaron en la puerta, como si estuviera dividido entre perseguir al visitante o no.
Di un paso atrás, pero la tabla del piso crujió bajo mis pies, haciendo que su atención se desviara por completo hacia mí.
Sus ojos recorrieron mi cuerpo, con ese hambre que siempre estaba presente en su mirada.
Un hambre que yo también quería volver a apagar.
Quería repetir lo ocurrido en la oficina anoche, y mi cuerpo comenzó a descender las escaleras hacia él... cuando la puert