Capítulo 61. Parte 3
Diego:
Por desgracia, nos queda un asunto muy desagradable: reunirnos con el abogado de Bruno. No quería que Antonella me acompañara, pero ha insistido, así que vamos de camino a su oficina. Solo espero que él no aparezca; no quiero verle la cara, porque sé que no me resistiría a darle un par de golpes más.
—Buenas tardes, tengo una cita con el señor Bartolomé Baggio.
Me quedo esperando la respuesta de la secretaria. Solo deseo que sea una visita rápida; estos trámites me resultan insoportables.
—¡Buenas tardes! —responde la asistente con entusiasmo.
Antonella toma mi mano y se acerca más de lo habitual. Su posesividad me causa gracia; aún no entiende que yo la amo y que nadie más existe en mi vida—. ¿Cuál es su nombre?
—Diego De Luca.
Esperamos unos minutos y el abogado sale de una ancha puerta. Nos hace pasar a su oficina, nos saluda cordialmente y me estrecha la mano.
—Tome asiento, por favor, señor De Luca… señora…
El abogado mira a Antonella. Ella no suelta mi mano y tiembla leve