Capítulo 59. Parte 3
Antonella:
¿Mi padre le hizo eso? ¿Es mi padre tan malo? ¿Por eso a este hombrecillo le gustaba tanto ir a casa de su madre? ¿Ahí veía a su ex? ¿Por eso tiene tantas fotografías de ella...?
«Ay, Dios. No era un collage, o tal vez sí, no se sabe.»
—Entiendo lo que dices... ¡pero no es mi culpa! —vuelvo a repetir. ¿Es que su cerebro no da para entender?
—Ya te lo dije, ¡me importa una mierda, te odio! —Da un paso hacia mí y yo lo apunto con el cuchillo. No permitiré que me haga daño, no sin luchar.
—No te acerques... no te atrevas a avanzar. Es verdad, soy una cobarde, pero por mis hijos soy capaz de todo, ¡de todo! —Se queda parado. Sé que espera a que yo me canse de estar ahí, pero él también se cansará y huiré... o eso creo.
—No me acercaré... por ahora...
Pasan las horas y, por el hambre que siento, debe ser la hora de almorzar o un poco más. Me estoy sintiendo famélica, no quiero que se dé cuenta. Sin despegar mi vista de la de él, abro el refrigerador. El muy odioso, muerto de ham