Capítulo 51. Parte 3
Antonella:
Diego me suelta la mano y yo saco el aire que contengo. Sin embargo, cuando creo que deja de jugar conmigo, veo que estoy completamente equivocada, porque se desabotona el pantalón, mete su mano por delante y saca su gran miembro de su escondite.
— Acércate más, An... —niego con la cabeza, y en el fondo estoy muerta de la risa, con mis bragas completamente mojadas—. Si no te acercas, voy por ti.
«¿Quiero que venga por mí? ¡Esta situación me gusta!»
— Mmm... No, no voy a ir.
— ¡Oh, sí! Ya sabes, si no vienes... voy —Y así sucede, da un solo paso y llega hasta mí, mientras, por dentro, me río, pues me gusta este Diego dominante, y creo que en el fondo soy una sumisa encubierta—. Ven aquí, nena —me toma del cabello y lo jala hacia atrás, mi cuello queda a su merced. Pasa su lengua por él, y cuando creo que seguirá, me da la gran sorpresa, haciendo que me agache, poniendo su miembro, duro y fuerte, en mi boca—. Ya sabes lo que tienes que hacer, nena, y no te detengas hasta que