Antonella:

Actúo de forma exagerada, abriendo los ojos y la boca, la cual tapo con mi mano para no interrumpir la petición de noviazgo, mientras imagino la reacción de la que es oficialmente mi cuñada, creyendo fielmente que el lunes tendremos recreo extendido.

«Gracias, Marcus».

—Yo... yo... —logra decir mi cuñis.

«¿No era yo la tartamuda?»

Suspiro, sabiendo que atesoraré este día por siempre, y cuando digo por siempre, es por siempre. Rápidamente, busco en mi bolso el celular y activo la cámara, comenzando a grabar este momento tan especial sin que ellos se den cuenta.

—¿Qué haces? —susurra Diego en mi oído, mientras Marcus mira embobado a la feliz pareja, esperando una respuesta positiva.

—Ella está en shock, querrá recordar este momento. Me lo agradecerá más adelante. Por cierto, esta conversación saldrá en el video.

—Ah.

—¡Dígale que sí, maestra! —exclama Marcus—. Ya se besaron, tiene que decirle que sí.

«La ingenuidad de los niños... Si supiera que ahí hubo más que besos».

—¡Sí