Capítulo 45. Parte 2
Antonella:
El rostro de Marcus, al ver llegar a su padre junto a mí, es resplandeciente, y me llena de ilusión imaginar nuestra pequeña familia unida, con amor para Marcus y —ojalá— sin Ambra que nos moleste. Sin embargo, ella es su madre, y hubiera sido lindo si todo fuera diferente. Yo, comprometiéndome con Diego; ella, apoyando nuestra unión y amando a su hijo como se merece. Pero supongo que veo demasiadas películas… y, en este caso, ella está loca.
«Maestra, este es mi esposo, quédese con él y seamos felices como en las películas... ¡Tonta! —¡Ay, cállate, cerebro!»
Marcus se despide con mucho cariño de Roberta, dándole un abrazo que noto a leguas que ella recibe con amor y sinceridad. Yo me limito a suspirar, viendo la escena, y sonrío cuando él viene a abrazarme. Su pequeña mano agarra la mía y caminamos juntos hacia el auto.
Durante el trayecto, Diego sintoniza la radio, y entre los tres se forma una complicidad que me enternece. Cantamos a todo pulmón, desafinados, pero felice