Capítulo 45. Parte 4
Antonella:
Entramos de la mano a la pista de patinaje, calentando nuestros cuerpos antes de hacer las piruetas. Patinamos de un lado a otro y nos reímos cada vez que vemos a otros intentando levantarse del hielo.
Marcus, paciente, me mira ilusionado, y como si lo hubiéramos deseado, empieza a sonar una canción de Bruno Mars, dándome pie para ponerme a bailar.
—¡Sí! —exclama Marcus.
—Quédate en la orilla, no deseo golpearte por accidente. Hace años que no lo hago.
Bailo al ritmo de la música, mientras Marcus aplaude entusiasmado. Ver la carita del pequeño es, sin duda, un regalo maravilloso. Ver lo feliz que se siente ante las pequeñas cosas de la vida me infla el corazón, como si de mi propio hijo se tratase. Por él, y por supuesto por mí, decido tomar un poco de velocidad, con la esperanza de no fallar, ya que hace mucho no hago piruetas. Doy un sencillo giro, levantando una pierna para que salga perfecto, algo que agradezco, pues hasta el momento no he hecho el ridículo y he logrado