Capítulo 43. Parte 3
Diego:
Dejo a Antonella en el departamento con Enzo y me dirijo al hospital. Trabajar un sábado siempre pesa, pero hacerlo sabiendo que ella está en mi vida… es otra historia. Aunque mi amor por la medicina me sostiene, a veces siento que la cabeza me va a estallar.
Saludo a la secretaria de mi padre y entro en su oficina. Él está hablando por teléfono, y me hace un gesto para que me siente. Obedezco, pero algo en su expresión me inquieta. Tiene el ceño fruncido, la mirada fija en el escritorio, y un tono de voz que no le había escuchado en mucho tiempo.
Cuando por fin cuelga, se recuesta en la silla, suspira y me observa con una mezcla de cansancio y preocupación.
—¿Marcus cómo está? —pregunta, y sé que detrás de esa simple pregunta hay algo más.
—Bien —respondo—. Está con Roberta mientras terminan los arreglos en la casa. La próxima semana nos mudamos.
—¿Y él está de acuerdo?
—Sí, papá. Está feliz. Aunque… —bajo la voz— todavía espera que Ambra aparezca. Aún tiene la esperanza de qu