Capítulo 40. Parte 2
Diego:
Abro la puerta de la habitación que una vez fue mía y salgo decidido hacia mi cuarto para recoger mis pertenencias y las de Marcus. Una vez guardado lo esencial, bajo las escaleras para ponerlas en la cajuela del auto, mientras los gritos de Ambra retumban en mi cabeza como ecos que ya no hieren, solo fastidian. Me devuelvo al interior para recoger la última valija; sin embargo, ella la retiene con fuerza, negándose a dejarme marchar.
—¡A Marcus no lo sacas de aquí! —grita Ambra, haciéndome sonreír con su descaro.
Le quito la maleta de las manos y sigo mi camino decidido a todo.
—¡Estás loca! ¿Para qué quieres a Marcus contigo? ¿Para torturarlo porque ya no te amo? ¿Crees que quedándote con él voy a volver a tu lado? —cuestiono, riéndome en su cara—. No te amo —concluyo, guardando la maleta.
—¡Vuelve, maldita sea! —exclama furiosa—. ¡No te llevarás a mi hijo!
—Por favor, Ambra, no me hagas reír —digo, poniendo el auto en marcha antes de partir hacia el centro comercial donde An