Capítulo 34. Parte 4
Diego:
Al llegar al edificio, Enzo deja a Cinnia en la puerta de su departamento, y me doy cuenta de que viven uno frente al otro, por lo que aprovecho de estar un tiempo más con An.
—Te extrañaré... —aseguro—. ¡Dios, no quiero dejarte!
—Mi amor... falta poco para que estemos juntos día y noche.
—¿Tú no me extrañarás? —indago poniendo cara de niño bueno.
—Claro que sí, es más, ya lo estoy haciendo, y eso que aún no te vas...
A regañadientes dejo a Antonella, pero estoy feliz, por fin no dormirá al lado de Bruno, por fin ya no estaré con la angustia de que él pueda ponerle las manos encima.
Al llegar a casa, me voy directo a la habitación de Marcus para ver cómo sigue, pero él duerme y su respiración es tranquila. Beso su frente deseándole buenas noches, me volteo y tropiezo con Ambra.
«¡Mierda!»
—Hoy no dormiré con Marcus —comenta—. Él está mejor, y en realidad estoy un poco cansada, no es tan cómodo dormir en su cama.
—Sí, no te preocupes —respondo, pasando por su lado.
—¿Podemos hab