Capítulo 26. Parte 2
Antonella:
Si anteriormente Marcus me había dejado con la boca abierta, ahora con mayor razón, pues jamás en la vida creí que un chico, que por cierto, ya saben, es mi alumno, hijo de mi amante, quisiera, o no le importara que yo tuviera interés amoroso en su papá, lo que me hace creer que, definitivamente tiene demasiadas carencias afectivas con lo que respecta a su madre.
—Bien, será mejor que pidamos rápido, porque muero de hambre —opina Diego, y yo, solo no puedo apartar mi mirada de la de él.
Después de un día agotador pero hermoso, es hora de volver a la realidad, y Diego decide dejar a Marcus en casa antes de llevarme a mí, una situación que me tiene los nervios de punta, pues no es tranquilizador estar sentada en el auto fuera de su casa, y menos al ser consciente de que no soy una mujer inocente. Al contrario, soy la amante de un hombre casado, y aunque él ya no ame a su esposa, no dejo de ser la otra, un título repudiado por muchas, y no las culpo.
Los gritos provenientes de