Arrugué el ceño, completamente confusa, sin saber si me sorprendía más que no me hubiera pedido que me casara con él o que me hubiera pedido que fuera su compañera en Simplicity.
Pareciendo darse cuenta de mi confusión, Theo le dijo a Hades:
- Eres libre de irte, Hades. La empresa cerrará pronto. Puedes irte a casa. El resto lo arreglaré yo mismo con María Lua.
Hades asintió con un movimiento de cabeza y, mientras cerraba la puerta, miré en su dirección y me guiñó un ojo, sonriendo.
Sacudí la cabeza, atónita.
- ¿Te...? ¿Te he ofendido con la propuesta? - Theo me tocó la mano.
Su cálida y jodida mano sobre la mía hizo que las mariposas se desbocaran y que mi estómago pareciera inflarse de lo lleno que estaba. Porque eso es lo que hacía Theo cuando me tocaba: un escalofrí