Heitor se levantó y cogió el teléfono, mientras paseaba nervioso por la habitación:
- ¿Anon? Necesito que envíes a alguien de confianza al piso de Theo en Noriah Sur para que desalerte a Malú. Mientras tanto, busca contactos que puedan ayudarnos a encontrar a Theo. Tienes diez minutos... Y cinco para sacar a mi hija de esta maldita cama. Si no has tenido noticias de mi hijo al final de ese tiempo, súbete al primer jet que se dirija a este país. Quiero a Theo sano y salvo... O prepárate para una nueva batalla, amigo mío. Y en esta, no dejaré vivir a nadie que haya mirado a mi hijo a la cara.
Babi me alisó la cara:
- ¡Te ves terrible, mi amor!
- Gracias por ser tan sincera, mamá -ironicé-.
- Y aún tienes que explicarme cómo acabaste en la cama de Theo, esposada a este cabecero.
- Fue un accidente... Un puto accidente.