- Debe haber cámaras de seguridad en el camino.
- ¿De verdad crees que dejarían pistas, Heitor? - Babi le miró sorprendida.
- E... ¿Cómo te has salvado, Theo? - pregunté.
- El coche volcó.
- ¿El Tesla volcó? - Casi grité mientras lo abrazaba desesperadamente. - Dios mío... Podrías estar muerto.
Theo me abrazó y por un momento olvidé que nuestros padres estaban allí y lo apreté contra mí, sintiendo su afecto a cambio, sus cálidos brazos abrazándome contra su pecho.
Me di cuenta de que Babi nos envolvía a los dos en un abrazo tierno y tranquilo:
- Los dos estáis a salvo... Y eso es lo que importa, hijos míos. Ahora tenemos que pensar con calma y decidir qué vamos a hacer. Esto no es una broma. Esto es serio. Le han quitado la vida al pequeño Theo.
- Odio cua