23
—¿A dónde iremos? ¿y porque estoy vestida así? —le pregunto cruzada de brazos, Mijaíl sonríe, ya que al parecer esta situación le causa gracia—¿de qué mierda se ríes? —, susurro solo para mí, pero, el semblante del ruso cambió dándome a entender que también me escuchó.
—