**ANDREA**
El silencio absoluto me envuelve, un abismo sin tiempo ni espacio. No hay dolor, pero tampoco hay luz. Todo a mi alrededor es una neblina oscura y densa, fría, como si estuviera atrapada en un lugar donde el mundo dejó de existir.
Intento moverme, pero no hay cuerpo que responder. ¿Estoy soñando? ¿O simplemente dejé de ser? La sensación de vacío es tan abrumadora que me cuesta distinguir si aún existo o si me he disuelto en esta penumbra infinita.
Parpadeo, o al menos creo que lo hago, pero la oscuridad sigue ahí, implacable. Sin embargo, algo cambia. Primero, es solo un murmullo lejano, como una brisa susurrando entre hojas secas. Luego, ese murmullo se transforma en voces dispersas, flotando a mi alrededor como hilos invisibles que se enredan y se deshacen antes de que pueda atraparlos.
Las sombras comienzan a aparecer, destellos borrosos en la penumbra. Son figuras sin rostro, fragmentos de algo que debería reconocer, pero que se me escapa. Se mueven con lentitud, como r