**ANDREA**
—Mucho gusto. Soy Jason Montenegro, futuro suegro de tu amiga —dice, extendiendo la mano con una sonrisa perfectamente controlada, como si cada gesto suyo estuviera planeado para proyectar poder.
Trago saliva. Siento un leve escalofrío recorrerme la espalda, como una advertencia que no puedo ignorar. Y veo… que Camila se queda inmóvil a mi lado, sus manos tensas, su sonrisa congelada.
Acepto la mano de Montenegro por cortesía, aunque cada fibra de mi cuerpo me pide que retroceda. Su contacto es frío, firme, como si estuviera evaluando la textura de mi piel, midiendo mi reacción. Me sostiene la mano unos segundos más de lo necesario. Sus dedos no aprietan con fuerza, pero hay algo en su forma de sujetarme, en su pausa calculada, que me da la sensación de que me ha marcado sin necesidad de hacerlo físicamente.
Nos miramos.
Y ahí está: una mirada afilada, inteligente. No hay calidez, no hay simpatía. Solo una evaluación silenciosa.
“Sus ojos no son los de una persona amable… s