Al salir de la división, Gaby ya los esperaba arriba de la camioneta, sentada en el lado del conductor decidido a conducirlo a partir de ese momento.
—¿Por qué tardaron tanto? —se queja el morocho.
Ian y Dylan ignoran la queja del morocho y suben al vehículo en silencio. Gaby le da vida al motor de la camioneta y comienza el camino a su destino.
—A dónde vamos? —quiere saber Dylan, aunque ya sabía la respuesta, solo quería estar seguro.
—Ya dije donde, chico —contesta Gaby sin quitar la mirada del camino.
—A Lina —responde el rubio todavía sintiendo un poco buscar de pena por el joven.
La mente de Dylan comienza a ir más rápido de lo que iba el vehículo en el que estaba yendo. Iba a conocer a la mujer que le dio vida a la joven de la cual él sentía algo realmente fuerte, ya no estaba tan seguro que fuera amor, pero había algo en su corazón, un sentimiento por Aye que todavía era algo real. Su día cada vez se estaba poniendo más extraño; el día anterior fue enterarse de que Helena, la