- ¿Pueden dejarme a solas con él por favor?.- Adhara pidió a los que se encontraban dentro de la habitación, mirando al hombre que dormía profundamente.
- ¿Está segura?.- La enfermera preguntó, siguiendo su mirada.
- Lo estoy.- La joven respondió sin ninguna duda.- Si hay alguna complicación cuando despierte, iré a llamarles de inmediato.- Prometió, deseando quedarse a solas lo antes posible.
- Bien.- La enfermera aceptó de mala gana.- Estaremos al pendiente.
Adhara asintió, mirándola tanto a ella y a su compañero recoger las cosas y salir del lugar, dejándola solo en compañía del hombre que yacía en un profundo sueño a su lado.
Se sentó en el lugar de siempre y miró a Mattia con una serie de sentimientos que no entendía.
El trato entre ellos era frío y seco, a pesar de sus esfuerzos por demostrarle que era sincera, este no parecía dispuesto a confiar en ella y la verdad no lo culpaba.
Ella no conocía nada de él y no tenía idea de cuantas heridas llevaba en su alma y cuantos lo habían