- ¿En qué piensas tanto?.- Adhara dió un respingo al escuchar la voz de Mattia cerca de su oído.
- En nada. Nada...- La joven respondió nerviosa, delatando su propia mentira.
- Diré que te creo, aún cuando sé que es una mentira como la tuya.- Mattia se encogió de hombros y se encaminó a la cocina.
Quería parecer despreocupado, tratando de no presionarla, pero la verdad era que estaba muy preocupado.
La joven parecía bastante pensativa desde hacia algunos días atrás, como si algo le estuviera perturbando de más.
Quería creer que era por los nervios de llevarle una nueva nota a su hermano ya que sabía que era como caminar por la cuerda floja, pero por alguna razón presentía que era algo más que eso.
Quería preguntarle que le pasaba, que le preocupaba y abrazarla con fuerza para disipar todos sus miedos, pero aunque ya había tomado una decisión, sabía que todo era un proceso y que debía ir despacio.
Para eso él tenía que ser lo más sincero posible y entregarle su confianza por completo,