La vena en la sien de Lyonhart palpitó.
-Después de tantos días este es tu recibimiento a tu alfa.
La ceja de Ashary amenazó con levantarse mas no le respondió y siguió escribiendo. El alfa apretó los dientes y se tragó un gruñido. Era en serio, ni porque había ido directo a su estudio… a verlo. Es que había venido personalmente a su mansión.
El príncipe cerró la puerta a su espalda con indignación. Si antes decía que se había calmado pues… no era ese mismo sentimiento el que sentía ahora. Más bien, esta tensión entre ellos le resultaba familiar.
Se giró y caminó hasta detenerse delante del escritorio.
-Asha, hablemos.
El omega no paró de escribir.
-A diferencia de alguien que tiene el tiempo suficiente para ir de aquí para allá, y perderlo esperando en la entrada de alguien al punto de incomodar a los demás, yo tengo mucho trabajo como ves- alzó la mirada un momento debajo del cabello de su flequillo que se notaba que necesitaba ser lavado pronto.
El ceño se Lyon se frunció. Esto era