Lyon volvió al palacio una vez que la lluvia cesó en su propio caballo para no seguir molestando. Si fuera por él se quedaría pues el olor que desprendía Ashary junto con las feromonas a su alrededor, pero entonces estaría tentado a expulsar las suyas y como había dicho el omega, no era un buen momento. Aunque sabía que el rubio las necesitaba. Se notaba realmente agotado.
Al menos ahora se sentía mucho mejor y más calmado que antes. La ansiedad acumulada en estos días que habían estado separados había disminuido considerablemente.
«Lo siento, por lo que dije y pasó aquella vez» fue lo último que dijo antes de salir del estudio del omega.
Decir esas palabras no habían sido fáciles, pero sentía que era lo correcto. No quería que entre ellos las cosas fueran aún más complicadas de lo que estaban ya. No recibió respuesta de Ashary, pero al menos se había disculpado sinceramente. Ese día lo había herido considerablemente y una disculpa no borraría eso, pero esperaba que hiciera algún camb