Charles le había dicho que la espera valdría la pena, con creces, pero se le había olvidado tanto a uno como el otro, lo desesperante que era esa precisa espera. En resumen… Lyonhart Lancaster, príncipe heredero de Gless se estaba volviendo loco.
-Uy, esa cara tuya da miedo- Charles puso con algo de miedo la taza de té caliente sobre el escritorio lleno de papeles. Afuera ya estaba oscuro desde hacía bastantes horas y el alfa no lo había dejado ir a dormir a modo de venganza.
-más te vale que mañana Ashary vuelva o tendremos problemas tú y yo- le gruñó Lyon apretándose el entrecejo.
Una gota de sudor corrió por la sien de Charles que no se molestó. Solo hablaba la frustración por él.
-Bueno, en menos de 48 horas es su compromiso, mañana es el último día para que él vuelva al palacio para hacer las preparaciones finales para el evento. A menos que él lo haya reconsiderado y no quiera casarse contigo para no tener que soportar tu horrible personalidad- Charles no pudo evitar burlarse de