LUNA ARTEMIA:
Un leve sonido me despertó; venía de la ventana. Había tomado la precaución de cerrar todos mis aposentos muy bien. Esa noche era peligrosa y no quería correr riesgos. Me di cuenta de que Kaesar no confiaba completamente en mí, pero tampoco desconfiaba. El gesto de enviar a mi padre para que le dieran sepultura me sorprendió. Me levanté despacio y caminé hasta la ventana.
—Mi Luna, soy yo, el omega Ilán —escuché que susurraba.—¿Qué haces en mi ventana a esta hora de la noche? —pregunté sin abrir.—Alguien atacó al Alfa Kaesar en el palacio y me manda a avisar que se cuide, y que no se preocupe, está bien.No podía creerlo. Abrí la v