—...obviamente por eso la ascendieron tan rápido. De secretaria a creativa en menos de un mes.
—Siempre es igual. No importa el talento si estás dispuesta a acostarte con el jefe.
Aurah sintió como si le hubieran dado un puñetazo. ¿Era eso lo que pensaban de ella? ¿Que había conseguido su puesto abriéndose de piernas?
El ascensor llegó y entró sin mirar a nadie, mordiéndose el labio para contener las lágrimas. Una vez en la calle, respiró profundamente el aire húmedo de la tarde, intentando calmarse.
Su teléfono sonó. Un mensaje de Vanessa.
No te vayas así. Vamos a tomar algo y hablamos.
Aurah dudó. Necesitaba una amiga, alguien en quien confiar. Pero ¿podía fiarse realmente de Vanessa? ¿De alguien de la oficina?
Otro día. Necesito estar sola.
Caminó sin rumbo durante casi una hora, dejando que la llovizna lavara sus pensamientos. Finalmente, tomó una decisión. No podía seguir así. Tenía que hablar con Ashton, aclarar las cosas. Si lo que había ocurrido entre ellos iba a arruinar su ca