—También nos ha hablado de la naturaleza de su relación con usted —añadió Lieberman, dirigiéndose ahora directamente a Aurah—. Una relación que, según entiendo, ha estado manteniendo en secreto durante los últimos dos meses.
No era una pregunta, pero Aurah sintió la necesidad de responder.
—Así es, señor —dijo, su voz más firme de lo que esperaba—. Queríamos estar seguros de lo que sentíamos antes de hacer pública nuestra relación.
Lieberman la miró fijamente durante unos segundos que parecieron eternos.
—Ya veo —dijo finalmente—. Y ahora están seguros.
—Completamente —intervino Ashton, y por primera vez desde que Aurah había entrado, tomó su mano sobre la mesa, a la vista de todos—. Por eso estoy dispuesto a rechazar Londres o cualquier otra oferta que signifique separarme de Aurah.
El gesto, tan simple y a la vez tan significativo, pareció sorprender a los presentes. Lieberman observó sus manos unidas con una expresión indescifrable.
—El asunto —dijo finalmente— es que Luxus tiene p