Capítulo 17

POV HERNÁN

Lyke está como loco y yo trato de reprimir el impulso humano y masculino que me está nublando el pensamiento. Las ganas de hacerla mía sobre la mesa están presentes con cada respiración que da. Tengo que resistir, pero me es prácticamente imposible cuando siento el aroma que está saliendo de entre sus piernas mientras está sonrojada y respirando con dificultad. Se pone peor cuando gime mi nombre.

—Márcala, márcala —gruñe Lyke en mi mente.

—Clara, hay muchas cosas que quiero explicarte, cosas que no vas a entender de inmediato, pero necesito que confíes en mí —digo controlando mi tono y haciéndole caso omiso a mi lobo—. Eres más importante para mí de lo que te imaginas, y quiero que lo sepas.

Asiente con algo de duda, noto que en su interior hay una mezcla de sentimientos y la entiendo.

—Confío en ti, Hernán —responde en un susurro.

Sonrío y me aparto un poco, pero no puedo soltarla.

—Bien, tenemos mucho que hacer antes de que me vaya. Quiero que estés preparada para lo que venga —expreso tratando de sonar un poco más firme.

—¿Voy a ser secretaria de Juan cuando te vayas? —pregunta.

Me río y niego con la cabeza.

—No, tú te vienes conmigo.

—Pero… ¿Qué? ¿A dónde? ¿Cómo? —interroga con expresión confundida.

—A otra ciudad —contesto, sé que esto va a ser difícil.

Ni siquiera sé si decirle que es una manada de lobos o, peor aún, ¿cómo le digo que ella va a ser la líder de todos junto a mí?

—¿Qué? ¿A otra ciudad? —exclama Clara, su confusión transformándose rápidamente en incredulidad—. Hernán, no puedo simplemente dejar todo y seguirte así. Tengo una vida, un trabajo, mi familia y su recuerdo...

—Lo sé, Clara, y no te estoy pidiendo que lo hagas a la ligera —digo, tratando de calmarla—. Pero es algo que necesito que consideres. Hay cosas sobre mi vida que aún no sabes, cosas que son importantes y que no puedo explicar aquí.

—¿Qué cosas? —pregunta, cruzando los brazos sobre el pecho—. Porque esto suena más a una orden que a una invitación.

Sus palabras me golpean con fuerza. No quiero que se sienta obligada, pero la urgencia de la situación me pone en una posición complicada.

—No es una orden, Clara, es una petición —respondo con sinceridad—. Necesito que entiendas que hay partes de mi vida que son diferentes. Y para que puedas comprenderlo todo, necesito que vengas conmigo.

Clara me mira con desconfianza.

—¿Diferente cómo? —inquiere—. No puedo simplemente dejar mi vida por algo tan incierto. Es que ni siquiera entiendo por qué estás pidiéndome que vaya contigo, apenas nos conocemos.

—Es difícil de explicar, pero se trata de mi familia, de mis responsabilidades —trato de elaborar—. No quiero asustarte, pero hay cosas que van más allá de lo que imaginas.

Ella suspira, su expresión todavía llena de dudas.

—Hernán, yo... no puedo simplemente dejarlo todo. Necesito tiempo para pensar, para procesar esto. No puedo tomar una decisión así de rápido. Además, necesito conocerte antes de aceptar. Yo no sé si eres un asesino y por eso ocultas tanto el secreto.

—Lo entiendo —digo, sintiendo un nudo en el estómago—. Tómate el tiempo que necesites. Solo quería que supieras lo que está pasando y que consideres venir conmigo, te prometo que no soy un asesino.

—Voy a necesitar más que solo un mes para decidir algo así —responde, y sé que está en su derecho.

—Lo sé. Solo quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte en lo que decidas —añado, tratando de mostrarle que la respeto y que valoro su opinión, aunque por dentro esté muriendo de miedo.

Clara asiente, aunque su expresión sigue siendo tensa. Toma su bolso y me da un papel antes de dirigirse a la salida de la sala de conferencias.

—Dios mío, tu padre nos buscará a una Luna —expresa Lyke con tono temeroso—. Clara no va a querer ir si no le dices todo de una vez.

—Lyke, el otro día me insultaste porque le dije que era un lobo, ¿y ahora quieres que cuente toda la verdad de una vez? ¡Me va a tratar de loco!

—Eres un tipo muy difícil —comenta con tono frustrado.

—No hables mucho… —digo mientras abro el papel que Clara me dio.

Es el dibujo del lobo, lo terminó, y es hermoso. Es un dibujo tan realista que me da escalofríos.

—¡Soy yo! —exclama Lyke, igual a lo que pasó hace unos días.

Miro el dibujo con incredulidad, reconociendo cada detalle, desde los ojos intensamente verdes hasta la postura majestuosa. Clara lo capturó todo, y no sé si debería sentirme aliviado o aún más preocupado.

—¿Cómo...? —murmuro, más para mí mismo que para Lyke.

—Ella tiene que sentir la conexión de alguna manera —responde Lyke, claramente intrigado—. Esto es una señal, Hernán. Clara está más conectada con nosotros de lo que pensábamos.

—Pero aún no sabe la verdad, y si la asusto... —empiezo a decir, pero Lyke me interrumpe.

—No puedes seguir ocultándolo. Ella merece saberlo. Si Clara puede aceptar quién eres realmente, entonces tendrás una oportunidad de explicarle todo sin que te considere loco —insiste Lyke, su tono más firme esta vez.

Guardo el dibujo con cuidado, sintiendo una mezcla de temor y esperanza. Necesito hablar con Clara de nuevo, ser más abierto y sincero, y confiar en que nuestra conexión es lo suficientemente fuerte como para soportar la verdad.

Me levanto y salgo de la sala de conferencias, decidido a encontrar a Clara y empezar a explicarle todo. Aunque todavía me aterra la idea, sé que es lo correcto. Mientras camino por el pasillo, mi mente sigue repitiendo las palabras de Lyke: "Ella merece saberlo."

En el camino me choco con Daniel, que me mira con diversión.

—¿A dónde vas tan apurado? —inquiere.

—A decirle a Clara la verdad —contesto con tono firme. Arquea las cejas—. Necesita saber todo, sino no va a querer venir conmigo.

—Tranquilo, Hernán, todavía hay tiempo —expresa—. ¿A ti te parece bien tirarle toda la información como un baldazo de agua fría?

Le muestro el dibujo que hizo de Lyke.

—No sé cómo, pero ella lo siente —digo. Mi amigo frunce el ceño y suspira.

—Tenemos que hablar con alguien que sepa de esto, no podemos simplemente… arrastrarla a nuestro mundo como si nada. Si ella te siente, es porque tiene un lobo, pero hasta que no lo descubra no va a entender esto.

Suelto una risa por lo bajo y niego con la cabeza de manera incrédula.

—Daniel, ella tiene como treinta años, su lobo debería haber aparecido hace más de diez años —expreso.

Daniel asiente, pero su expresión sigue siendo de preocupación.

—Lo sé, pero cada caso es único. Quizás su lobo esté dormido o bloqueado por algún motivo. Necesitamos entender más antes de actuar —responde, cruzando los brazos.

—¿Entonces sugieres que busquemos a alguien que pueda ayudarnos? —pregunto, tratando de mantener la calma.

—Exactamente. Hay ancianos y sabios en la manada que podrían saber más sobre este tipo de situaciones. Debemos consultarlo antes de dar cualquier paso —explica Daniel con voz firme.

—Está bien, haremos eso —acepto, aunque siento la urgencia de hablar con Clara cuanto antes.

Daniel me da una palmada en la espalda.

—No te preocupes, Hernán. Lo resolveremos —dice antes de continuar su camino.

Me encierro en mi oficina. La idea de hablar con los ancianos sobre esta situación me aterra, no sé qué van a decirme, y tengo mucho miedo de que me hagan rechazarla. Mi corazón duele al pensar en eso.

De todos modos, sé que es algo que tengo que hacer por el bien de Clara. Si quiero tenerla conmigo, tengo que saber qué pasos tomar. ¿Si ella tiene un lobo qué pasa? ¿Y si es solo una humana con buena intuición?

Me refriego el rostro con las manos antes de sacudir la cabeza, respirar hondo y ponerme a trabajar.

En cuanto termine mi día laboral voy a ir a la manada, está decidido, ya no puedo seguir con dudas. 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP