Capítulo 1: Transformación

Narra Chloë

Mis días fueron tan pesados que últimamente no he podido dormir bien. Sufro de insomnio y a veces me cuesta reconciliar el sueño y mis ojeras están horribles, parezco un mapache.

Mi cuerpo se sumía en la más profunda relajación a tal punto de sentirme como si estuviera recostada en las nubes, pero todo eso se vio afectado por un ruido tan molestoso que se hizo escuchar.

—¡Maldito despertador! ¡¿Por qué no me dejas dormir tranquila?! —dije exasperada.

Cubriendo mi rostro y tratando de obtener fuerzas para levantarme, mi cuerpo casi no respondía, preferiría quedarme aquí y dormir mil años más.

De pronto escucho que tocan la puerta.

—Chloë, hora de levantarse, hoy es el día de tu transformación y deberías prepararte, pero aún sigues en la cama. Así que saca tu lindo trasero de ese colchón. —una voz hizo presencia ya dentro de mi habitación. Oh, es Abel, mi hermano.

—Nooo. ¡Quiero dormir más, por favor! —me cubrí el rostro con las sábanas.

—Vamos Chloë, tienes que prepararte, ¿o quieres hacer un desastre en tu cuarto? Ambos sabemos que será así. —arrebató la sabana con la que me estaba cubriendo.

—Está bien—mencioné a regañadientes—Espera... ¿Dijiste que mi trasero te parece lindo?—aunque hizo ruborizarme las mejillas, se escuchó muy raro viniendo de mi hermano.

—¿Qué? Eehh... ¡Jamás! —su voz era algo rara, pude notar que sus pómulos se tornaron en un color carmesí suave.

—Okay... ¿sabes? —dije tomando un impulso débil para levantarme de la cama—Para mí también me parece lindo tu trasero—Le guiño un ojo— jajajaja no te creas.

La verdad se siente muy halagador de su parte. ¡Pero es mi hermano! Me coquetea, me dice cosas que me hacen sentir nerviosa, y cosas así... Me hacen sentir un poco incómoda.

—No, eso no está bien, fuera esos pensamientos de mi cabeza— repito para mí misma.

—¿Decías algo? —mencionó mi hermano.

—N-Nada... Pensaba en voz alta. ¿Aún sigues aquí? —suspiré— Tengo que cambiarme de ropa y para eso necesito que te largues—le indiqué la puerta con la mano—¿O acaso me quieres ver cambiándome?—enarqué una ceja.

Abel rió levemente negando con la cabeza, luego de eso se retiró de mi habitación.

Narra Abel

Mi hermana estaba muy floja para levantarse, realmente FLOJA. Y aunque pareciera que hablaba sola o pensaba en voz alta, no le di tanta importancia y me giré por los talones saliendo de su habitación.

—Abel hijo mío, ve a despertar a Chloë, ya casi es momento de su transformación—una voz melodiosa se hizo presente, es mi madre.

—Ya lo hice. Ahora se levanta, no fue tan difícil convencerla realmente, conociendo lo floja que es.

—Más le vale, porque yo misma iba y la levantaba con un balde de agua fría.

—Mamá, eres muy cruel...—negué con la cabeza.

Que Chloë diga que mi trasero le parece lindo y luego diga que no me lo crea es algo imposible, porque yo mismo sé que tengo un bonito trasero, suena raro pero es la realidad. Y no, no soy narcisista, aunque lo parezca pero no.

—Abel... Abel... ¡Abel te estoy hablando! ¡¡Tierra llamando a Abel!! —apareció de repente mi hermana dándome un zape.

—¡Hey! Qué susto me diste.. ¿Qué decías? —dije nervioso mientras me sobaba la nuca.

—Realmente no te estaba diciendo nada. Simplemente iba a decirte que ya estaba lista. Ah, pero hablando en serio... ¿Tú crees que podría encontrar a mi mate luego de mi transformación? Me siento un poco asustada y no es que necesite urgentemente a alguien, sino que es una simple duda.

—... ¡Ninguna posibilidad!—hice una pequeña pausa—Tú no tendrás a otro mate que no sea yo!! —una voz dentro de mí hizo acto de presencia.

—¡Abel! No le hables de esa manera a tu hermana—añadió mi madre.

Chloë se veía confundida y un poco aterrada de la forma en que le hablé, aunque no fui yo quién reaccionó de esa forma.

*Flash back*

Estaba en el bosque tratando de cazar aves o algún venado. Y aunque llevo horas tratando, no pude obtener nada aún. Me siento inútil, ya que nunca me había pasado esto.

Llegué a un pequeño riachuelo para ver si de alguna manera podía cazar peces también, en eso, mi lobo Matt se hizo presente. Al principio creí que llegó para ayudarme con la caza pero me buscó para otra cosa.

—Abel...

—Hey hermano, hace tanto que no te escucho.

—Debemos hablar. Es sobre Chloë—alegó.

—¿Chloë? ¿Qué pasa con ella? —pregunté dudoso.

—No quisiera preocuparte pero, desde hace tiempo vengo siguiéndola, y tuve una rara sensación, y es que creo que ella es nuestra mate...

—¡¿Qué?! No puede ser cierto... Pero si ella es mi hermana... Además, yo ya me habría dado cuenta desde un principio porque sus feromonas emanan tan notoriamente una fragancia a durazno dulce y es imposible porque no percibí absolutamente nada—mencioné confundido. No me cabe en la cabeza que mi propia hermana vaya a ser mi mate. Nunca había escuchado de dos hermanos que lo sean, a eso se lo llama incesto y no creo que sea nada bueno.

—Sí, ya lo sé. Por eso te lo digo, la estuve siguiendo y descubrí que su loba tiene la habilidad de esconder o inhibir ese aroma, por eso no lo habías percibido antes.

—Oh... Ahora todo tiene sentido...

No puede ser cierto. ¿Mi propia hermana es mi mate? Es que es algo inverosímil y algo que probablemente nos traiga problemas.

*Fin del flash back*

No importa cuan raro o poco frecuente sea el hecho de que dos hermanos sean mates pero de lo que si estoy seguro es que la verdad saldrá a la luz una vez haya culminado la transformación de Chloë, y para eso debo estar preparado, acompañándola en el momento más importante, ya el resto vendrá por añadidura y sea lo que sea estaré listo para afrontarlo.

El sol empieza a esconderse, y la hora de la transformación de Chloë está próximo cada vez más, todos estamos nerviosos por lo que vaya a pasar. Pero no creo que pase nada más que solo escuchar el crujir de huesos cambiando a la anatomía de un canino de cuatro patas.

Solo espero que todo salga bien.

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