Capítulo 36: Entre el Dolor y el Destino. [PRIMERA PARTE]
Narra Chloë
El dolor me atravesó como un rayo, seco y repentino, obligándome a doblarme sobre mí misma mientras sostenía con fuerza el borde de la mesa de madera. El aire se me escapó de los pulmones y un gemido bajo me rompió los labios.
Las primeras contracciones.
Olivia estaba allí, siempre alerta. Su mano cálida se posó en mi espalda, transmitiéndome esa fuerza que solo una madre puede dar.
—Aguanta, hija... —susurró con ternura, aunque en sus ojos se escondía una sombra de miedo.
Erik, por su parte, se mantenía a mi lado, con los puños apretados, luchando contra la impotencia de no poder hacer más que mirarme. Sentía su tensión como si fuera mía.
—Todo va a estar bien, Chloë. No voy a dejar que nada te pase —dijo con firmeza, aunque su voz temblaba.
La vida en Royal Herd se había vuelto un torbellino los últimos días. Las hechiceras recorrían la aldea como espectros incansables, trazando símbolos de protección en cada entrada, reforzando los círculos de poder que rodeaban la mana