C57: Tu hermana me llamó la atención.
—Esa chica... —murmuró Elian, sin creerse del todo lo que veía.
No era la misma chica a la que estaba acostumbrado a ver en la casa de Jared. Aquella muchacha silenciosa, con ropa modesta, los hombros bajos, siempre en un rincón. La mujer que tenía ahora frente a sus ojos irradiaba una dignidad que no le recordaba haberle visto antes. Se veía... realmente hermosa.
Se aclaró la garganta, desvió la vista hacia otra pintura y retomó su recorrido, aunque la imagen de Nadia seguía fija en su cabeza. No tardó en encontrarse con Killian, quien estaba conversando con un par de invitados cerca del centro del salón. Elian esperó unos segundos, y cuando los otros se alejaron, se acercó.
—Killian —dijo con una sonrisa discreta—. Impresionante. No esperaba menos.
—Elian —respondió Killian estrechándole la mano—. Me alegra que hayas venido.
—No me lo habría perdido, tu obra ha evolucionado mucho. Este cuadro en especial... —Elian señaló uno de los óleos más grandes, ubicado estratégicamente en el c