C155: La última vez que vi a mi abuela.
Nadia estaba completamente en los brazos de Rowan, sostenida firmemente por la cintura. Su resistencia, que antes había intentado mantener, se había desvanecido por completo. La presencia de él en su departamento, la cercanía de su cuerpo, la fuerza de sus palabras y la intensidad de su mirada habían terminado por desarmarla.
—Sé que tú y yo estamos destinados a estar juntos —expresó Rowan mientras se inclinaba con cuidado—. Pero incluso si el destino decidiera otra cosa, haría lo imposible para que estés a mi lado, sin importarme lo que diga, sin importarme nada más. No voy a dejar escapar a una mujer como tú. Sería un tonto si me rindiera tan fácilmente.
Cada palabra parecía envolverla más, y cada acto de Rowan acortaba la distancia que todavía quedaba entre ellos. En un impulso inevitable, Nadia rompió el último resquicio de su resistencia y lo besó. Fue ella quien tomó la iniciativa, acercándose a sus labios con decisión, aferrándose a su rostro mientras sus bocas se encontraban.