C41: No estoy haciendo esto para recibir algo a cambio.
Rowan se quedó inmóvil por un momento al leer el mensaje que acababa de recibir. Lo releyó varias veces, como si necesitara asegurarse de que no se había confundido.
“¿Podrías prestarme un millón de dólares?”, había escrito Nadia. No había explicación, no había contexto. Solo esa frase, directa e inesperada.
Cualquier otra persona se habría sorprendido. Habría hecho una pausa antes de responder, con el ceño fruncido y una avalancha de preguntas listas para dispararse: ¿Por qué esa cantidad? ¿Estás en problemas? ¿Qué pasó?
Pero Rowan no era cualquiera, no era de los que se dejaban llevar por la sospecha ni por el impulso de exigir explicaciones.
Se quedó mirando la pantalla, con el celular apoyado sobre la palma abierta. Sintió algo que no sabía nombrar, como una presión tibia en el pecho, un presentimiento mudo. No era la cantidad lo que lo inquietaba, ni la posibilidad del riesgo. Era el hecho de que ella se lo hubiera pedido. Así, de golpe, sin rodeos, y eso le bastaba.
Porque con e