Patricia se vio ante la urgente necesidad de obtener dinero para salvar la vida de su hijo, por eso accedió a hacer algo tan absurdo como peligroso, se casaría con el hijo de una familia adinerada a quien todos consideraban un bueno para nada, haciéndose pasar por otra mujer. Su futuro esposo también ocultaba su identidad como jefe de una gran banda del bajo mundo. El matrimonio era una mentira, ella no era quien decía ser y él tenía una doble vida. ¿Qué podría salir mal?
Leer másPatricia estaba muy angustiada al oír a su hijo quejarse y llorar, sabía que debía ir al hospital, pero se debatía con ella misma ya que no tenía dinero para cubrir su atención, al mismo tiempo sabía que no podía dejarlo así, se armó de valor y salió con el niño envuelto en una manta, lo oprimía contra su pecho para transmitirle una calma que ella misma estaba muy lejos de sentir, iba maquinando las mil y una maneras de lograr que algún médico atendiera a su pequeño tesoro, estaba dispuesta a ofrecer sus servicios como empleada doméstica si era necesario.
Caminó unas cuantas cuadras con la criatura sujeta fuertemente con sus brazos, el dinero que tenía en ese momento solo le alcanzaba para un autobús por lo que al fin llegó a la parada donde tomaría el que la dejaba muy cerca de la entrada del hospital, escuchaba el llanto quedo y lastimero que salía de su bebé, su razón de levantarse cada mañana a enfrentar el mundo.
–Tranquilo mi pequeño, ya vamos camino al hospital y encontraremos un doctor muy bueno que te curará enseguida para que vuelvas a sonreír sin dolor, shu shu shu, le decía mientras recordaba el día que Carlos Alfonso llegó a su vida y volvió a sentirse dichosa de tenerlo. En el camino recibió una llamada de su madre y para no preocuparla fingió una voz despreocupada, conversaba cuando el niño volvió a gritar de dolor y tuvo que decir la verdad, que iba camino al hospital porque el niño estaba muy enfermo.
Apenas cruzó la entrada del hospital alzó la voz pidiendo ayuda, una enfermera acudió en su auxilio y ella le explicó como había estado su hijo las últimas horas, lo ingresaron y rápidamente un joven médico comenzó a examinarlo y a interrogar a Patricia. No muy lejos de allí una mujer de aspecto muy distinguido había estado atenta a todo lo que hizo la chica desde que entró al hospital reclamando atención.
Luego de una hora el médico la buscó y amablemente le dio todos los detalles de la situación del niño:
–Debo ser muy sincero con usted el diagnóstico es preocupante, su hijo padece Anemia Falciforme, debo internarlo por un par de días para suministrarle antibióticos, pero esto le dará mejoría temporal, la solución definitiva para su padecimiento será un trasplante de médula ósea y le recomiendo que le haga ese procedimiento en los próximos treinta días, de lo contrario no puedo garantizar la recuperación del niño porque el riesgo de daño permanente en sus órganos es cada vez más alto.
La joven madre se derrumbó y el médico la sostuvo en sus brazos ayudándola a sentarse en una silla próxima a ellos, en ese momento llegaron sus padres y al verla en ese estado, creyeron lo peor:
–¿Qué pasó hija? ¿Cómo está Carlitos?
–El niño está bajo observación y tratamiento –les aclaró el médico–, pero le estaba explicando a la señora Patricia que el estado del niño es preocupante y lo que debe hacerse lo más pronto posible.
Patricia lloraba porque no contaba con el dinero necesario para atender a su hijo debidamente, su salario en la cafetería era miserable y ni hablar de pedirle un préstamo a su jefe porque era un mal hombre que solo quería posar sus asquerosas manos en ella, ni ella ni sus compañeros tenían seguro médico, el que se enfermaba se iba y punto.
Su cabeza giraba buscando una opción para conseguir el dinero para su hijo y solo tenía un mes para obtenerlo.
La mujer de aspecto distinguido se había acercado discretamente y no se había perdido detalle del diagnóstico médico ni de la reacción de la joven y bella madre, al detallarla a ella y a sus padres se podía notar su aspecto sencillo, por lo que una idea comenzó a formarse en su mente, ella tenía un asunto pendiente que también requería atención inmediata, así que consideró que no podía desperdiciar la oportunidad que se le estaba presentando en bandeja de plata.
Amparada en su imagen elegante que le daba ya un aire de superioridad se acercó a las tres sencillas personas y sin saludar ni presentarse, le pidió a Patricia unos minutos para hablar con ella.
La joven madre sin entender del todo, se levantó de la silla y dio unos pasos hacia la mujer, al tenerla junto a ella, la desconocida comenzó a decir:
–No he podido evitar escuchar sobre lo que está sucediendo con tu hijo y entiendo que estás necesitada de dinero, yo puedo ayudarte con tu situación si haces exactamente lo que te diga.
–¿A qué se refiere con hacer lo que usted diga?
–Tengo una hija que debe someterse a un matrimonio arreglado y ella no está dispuesta a casarse aún, si tú la suplantas y te casas con su prometido en su lugar, pagaré el tratamiento médico de tu hijo.
–¿Cómo puedo hacer eso?, él se daría cuenta.
–No se conocen, por eso te propongo suplantarla.
–¿Quién es ese hombre?
–Eso no es importante, tú tienes una necesidad urgente de dinero y yo puedo ayudarte si haces lo que te pido, por supuesto.
–Dígame al menos el nombre del hombre que podría ser mi esposo.
–Su nombre es Enzo Villalba Reyes, su familia es muy importante.
–Si es así, ¿por qué su hija no quiere casarse?
–Porque es muy joven con muchos sueños por cumplir, ya te dije, simplemente no desea casarse aún, y la familia de Enzo quiere un matrimonio rápido.
Patricia comenzó a alejarse de la mujer sin darle ninguna respuesta, entonces esta la tomó del brazo haciéndola detenerse y le dijo:
–Te daré tiempo para pensarlo, aquí está mi número telefónico –dijo entregándole una tarjeta–, pero no tardes mucho, por dinero, cualquier otra estará dispuesta a ayudarme.
Cuando volvió a reunirse con sus padres, iba pensando en que tal vez esa era una señal para solucionar la situación de su hijo prontamente, sin embargo, le causaba pánico casarse con un desconocido, además de engañarlo al fingir ser otra persona para convertirse en su esposa, si la descubrían estaría perdida y hasta podían meterla en la cárcel alejándola de su hijo definitivamente, sin embargo, le preguntó a su padre:
–Papá, ¿has oído hablar de Enzo Villalba Reyes?
–Sé quiénes son los Villalba Reyes, es una familia muy poderosa sobre todo por el jefe de casa que es un hombre mayor muy estricto, pero también he oído que el único hijo de esa familia es un ser insoportable, brutal y un bueno para nada, no creo que goce del apoyo familiar, todos comentan que solo es un derrochador.
–Con razón –exclamó Patricia en un suspiro.
–Hija con razón ¿qué? –preguntó extrañado su padre.
–No me hagas caso papá, con razón no lo mencionan mucho, quise decir.
Ella hizo los arreglos necesarios para pasar la noche con su hijo, en la mañana saldría de allí para cubrir su turno en la cafetería y a partir del mediodía se dedicaría a buscar un trabajo que le permitiera ganar un poco más de dinero para operar a su hijo, no necesitó pensar mucho para desistir de la propuesta de la mujer, además con lo que dijo su padre, no iba a correr el riesgo de que ese hombre la maltratara, ni siquiera pensaba llamarla.
Patricia soportó otra contracción y siguió distrayéndose con la conversación. –Ese día perdí la entrevista de trabajo, pero no quise volver por si te encontraba allí de nuevo, esos días fueron muy difíciles para mí. Lástima que mis ojos no me salvaron de otra entrevista que perdí creo que fue justo el día antes de chocar contigo, había llovido, estaba en la calle y un automóvil rojo pasó a toda velocidad, me empapó de pies a cabeza y arruinó mi ropa.Se hizo un gran silencio en el interior del vehículo, David y Héctor se miraron, pero Patricia los pilló. –¿Qué pasa? –Jefe &nd
Patricia se acostó en la camilla, soportó el frío del gel y cuando el médico comenzó con el examen ella no se atrevía ni a respirar, tampoco miraba la pantalla, tenía sus ojos fijos en el rostro del doctor, para confirmar que no hacía ningún gesto de preocupación. –Aquí está…, un embrión diminuto de unas cuatro a cinco semanas, ¿tuvo síntomas? –No doctor, solo que soy muy exacta en mis fechas y tengo ya ocho días de atraso, presentí que podía estar embarazada porque nos hemos descuidado algunas veces. –Pues fue un buen presentimiento. –Va
Cuando Damián cayó al piso luego de recibir el disparo de William, entraron un par de escoltas con las armas listas, Silvestre Reyes estaba desmayado a su lado, rápidamente William solicitó una ambulancia para el abuelo de Enzo, por él, Damián podía desangrarse.Marco pedía que ayudaran a su hijo, entonces tomó un abrecartas y trató de agredir a su padre, mientras estaban subiéndolo a una camilla. –Tú eres el culpable de todo, si mi hijo muere tú te irás con él –gritó al momento de clavar el abrecartas en el pecho de Silvestre, William fue tomado por sorpresa y no tenía un tiro limpio, pero uno de los escoltas disparó hacia Marco impidiendo que la herida que le hizo a su padre fuera profunda.Cuando Enzo fue informado y le contó a Patricia, dispusieron interrumpir el viaje para regresar lo más pronto posible a la ciudad, fueron directamente al hospital donde se enteraron de que Silvestre Reyes había sobrevivido a un infarto, pero tanto Marco como su hijo Damián habían sucu
–Ya por Dios, está bien me casaré contigo –expresó Patricia cuando ya las luces del amanecer comenzaban a filtrarse tímidamente por la ventana. Enzo sonreía, con arrogancia y satisfacción, ya la conocía, sabía muy cómo doblegarla con sus caricias, dónde tocar, en cuál lugar de su piel profundizar para estremecerla, para que temblara de placer bajo su cuerpo. –Te lo advertí. –Arrogante, pretencioso, eres imposible. –Y así te convertirás en mi esposa, esta vez sí serás tú la que me dé el sí ante el juez. –Pero antes, me contarás algo, lo ofreciste. –Así es, ven, te limpiaré y luego me descubriré ante ti. –Ya sé que eres un mafioso, ¿qué más voy a descubrir? –Ser un CEO y mafioso es solo una parte, te juro que te contaré todo. –Está bien, confío en ti Enzo, de verdad lo hago. –Gracias hermosa, es algo que aprecio mucho.La limpieza en la ducha fue una prueba para ambos,
Patricia no había podido dormir, revivía en su mente lo que estuvo a punto de suceder con Enzo y la inquietud la mantenía despierta, anhelante y ansiosa, así que salió a la terraza, luego de levantar la vista para ver las estrellas, fijó sus ojos en la luna, no estaba llena y aun así la encontró muy hermosa la apreció un rato para luego, distraídamente, mirar hacia abajo.Le extrañó el gran número de vehículos que había, como bloqueando la calle, no creyó que fueran autos particulares, le vino a la mente que parecían de la policía o militares, su pulso se aceleró, entonces decidió entrar, cerró muy bien la puerta y se sentó en la cama frotando sus manos nerviosamente.¿Sería la policía que había llegado a buscar a Enzo? ¿Lo descubrieron?“Ahora sí le creo que es un mafioso, pero… ¿Cómo se busca un abogado defensor para un mafioso? ¿Por qué nunca me ha dicho lo que debo hacer en estos casos? Esto no debe ser un secreto entre nosotros, ahora mismo no sé cómo ayudarlo.”Mientras hablaba
Enzo y el grupo acordaron mantener la vigilancia para asegurarse de la actuación de Alfonzo, también le ordenó a William que le informara sobre cualquier movimiento extraño en el hotel.Pasado un rato, Enzo se colaba por la parte trasera del hotel, uno de los hombres de William le notificó a este que su jefe estaba ingresando clandestinamente al lugar, por lo que su segundo al mando se comunicó enseguida. –Al alguien ingresando al hotel, creo que se dirige a la habitación de Patricia. –Identifícalo y avísame. –Ya lo hice. –¿Quién es?&nbs
Último capítulo