Sus dedos temblaron un poco al encender la moto; lo disimuló acelerando dos veces, haciendo rugir el motor. La imagen de Erika rodeada por sombras le golpeaba por dentro como un tambor. Tenía veinte años, pero en ese momento se sentía de nuevo como el niño que la buscaba por los pasillos cuando ella se escondía solo para hacerlo rabiar.
Salieron del estacionamiento como dos proyectiles contenidos. La rampa los lanzó al exterior: Tokio de madrugada, farolas altas, neón distante, el asfalto húmedo tragándose los reflejos. La ciudad corría con un zumbido más bajo, como si también estuviera entre dormida y alerta.
—Nido a Motos —la voz de Asgeir sobre el ruido del viento—. Objetivo en ruta hacia anillo 3, acceso Kuzuryū. Vehículo mate, puerta corredera, sin placas. Zorro va dos coches atrás. Ustedes entran por lateral Toshin y enganchan en el cruce 12. No se pongan en paralelo. Repito: no se pongan en paralelo.
—Recibido —dijo Gianluca, cambiando de carril con un movimiento limpio.
Alexei