Capítulo 63: Riesgo de Embargo.
Pero lo hermoso de aquella paz que estaban viviendo pronto se vio interrumpido.
Una mañana, mientras el sol bañaba los corredores de la hacienda, llegó una notificación oficial.
Lía fue quien la recibió. Al abrir el sobre, su rostro se ensombreció: eran documentos del municipio, avisos de cobros atrasados por impuestos, servicios y otros pagos que no se habían realizado durante años.
Nicolás quedó perplejo al enterarse. Él había confiado esos asuntos a uno de sus abogados, con la instrucción de mantener todo al día, pero el hombre no había cumplido con su trabajo. Ahora la situación era grave: la hacienda estaba en riesgo de ser embargada.
El golpe fue devastador.
Para Nicolás, porque aquella propiedad era su único patrimonio, el legado de su familia.
Y para Lía, porque ese lugar se había convertido en su hogar, en el refugio donde por fin había sentido que la vida podía ser amable.
El aire en la casa cambió. Las risas fueron reemplazadas por silencios tensos y miradas preocupadas