Capítulo 27: Vestido de Tres Pesos.
Lía escuchó su móvil vibrar insistentemente. Al desbloquearlo vio varios mensajes desconocidos. Frunció el ceño; no sabía quién le escribía, pero decidió leerlos.
—Veo que necesitas dinero. Si ese vestido de tres pesos comprado en el centro te hace ver deliciosa, ¿cómo te verías con uno un poco más costoso?
El estómago se le revolvió. En cuanto terminó de leer, supo exactamente quién era: Alexander.
¿Quién se creía ese hombre para burlarse de su vestido? A ella le encantaba cómo se veía.
Llegó otro mensaje.
—Nuestra firma de abogados podría darte un poco del dinero de los maestros jubilados. Con eso sí podrías comprarte ropita decente.
Lía se quedó helada.
Ahí estaba.
La prueba que siempre había sospechado.
Los Cancino sí se habían apoderado del dinero de los maestros… y Alexander acababa de confesarlo como si fuera una gracia.
El siguiente mensaje la hizo apretar los dientes.
—Veo que te gusta mi hermano Jorge, pero él jamás se fijaría en ti. Le gustan las mujeres hermosas, bien