¿Cómo podría enamorarse? Los miembros con el "legado" en la familia siempre habían permanecido solteros y generalmente eran solitarios. Su don los hacía apartarse de todos, no eran como los demás hombres, y él no era común. Pero se había enamorado. Y era un lobo diferente. Clyde Magnus Alastair McCallum era también un hombre diferente, pero él mismo no lo sabía. A sus veintitrés años era bastante alto, como un metro ochenta y algo de centímetros, aunque un poco delgado. Clyde, era un joven nacido en las tierras altas de Escocia, descendiente de una antigua familia que gobernó la zona siglos atrás. Había decidido salir de su tierra natal para ir al Canadá para continuar sus estudios de historia antigua y arqueología. Pero Clyde estaba lejos de ser un hombre común, sus ancestros procedían de un antiguo clan que sufrió los feroces ataques de tribus nórdicas. Y uno de sus antepasados se refugió, luego de ser herido, en un viejo bosque con ruinas druidas. Allí se le apareció un viejo sacerdote-hechicero quien le dió una pócima mágica que lo ayudaría a él y a su clan a resistir las hordas bárbaras. A partir de ese día, el viejo Angus McCallum se convertía en un ser alto, poderoso, con apariencia de lobo humanoide, con una fuerza y destreza sobrenaturales. El "don" era hereditario, pero desde el bisabuelo McCallum, nunca se había vuelto a manifestar, hasta que su bisnieto lo necesitó para salvar a la mujer de la que se enamoraría.
Leer másClyde besaba a la chica que tenía en sus brazos con una pasión que hacía que el viento frío del país se calentara alrededor de ellos. Y es que no hay pasión más profunda que la que nace de un amor profundo, y en especial, cuando se trata del primer amor.
La chica se arqueaba procurando pegar su cuerpo del joven que la tenía estrechamente pegada a sí mientras parecía que se comía sus labios. Algo en el fondo de su conciencia le decía que lo que estaban haciendo era riesgoso, que las cosas se podrían salir de control y que podría perder su virginidad esa misma noche, pero la excitación había subido a un nivel peligroso ofuscando un poco su sentido común.
Las manos de Clyde habían comenzado a recorrer el hermoso cuerpo de la chica, las manos recorrieron la espalda, desde su cuello hasta el comienzo de sus hermosos y turgentes glúteos, ella lo dejaba hacer al mismo tiempo que ella misma recorría a su vez la espalda masculina, mientras estaban recostados en el amplio sofá para tres personas
Clyde y Megan habían estado saliendo en los últimos tres meses, estudiaban en la misma universidad desde hacía un par de años, pero nunca habían interactuado mucho, hasta que un incidente que los involucró a ambos los hizo acercarse de una manera que no habían experimentado antes.
Y en esta ocasión particular habían decidido ir al apartamento que Clyde había alquilado en la ciudad desde hacía un mes, alegando que no le gustaba mucho estar en el campus de la universidad, así que estaban completamente solos.
Clyde profundizaba el beso de una manera casi salvaje, sus labios abrían los labios femeninos mientras su lengua invadía la cálida boca de la chica. Se sentía muy excitado, porque nunca habían podido besarse con tranquilidad, pero ahora estaban solos, sin nadie que pudiera interrumpirlos.
Una de las manos de Clyde se deslizó de la cintura de Megan por debajo de su brazo, que en ese momento agarraba los abundantes cabellos masculinos para atraerlo hacia ella con mayor facilidad, pero la mano no se detuvo allí sino que siguió subiendo hasta alcanzar el hermoso pecho femenino apretándolo con pasión.
Megan sintió la invasión a su sensible pecho y un golpe de excitación terminó por enceguecer su mente, solo quería sentir y sentir más de lo que estaba sintiendo. Un gemido agudo se escuchó contra la boca masculina mientras se pegaba lo más posible al cuerpo masculino.
Megan sacó la camisa del joven y sus manos recorrieron la espalda por debajo de la tela, disfrutando de su calidez, aunque realmente sentía que la piel masculina estaba casi ardiendo de lo caliente que se sentía. Pero no hizo mucho caso, creyó que eso era normal por las circunstancias, pues ella misma sentía que se estaba quemando por la excitación.
Clyde siguió acariciando el firme pecho femenino por unos instantes, pero luego su mano se metió entre ambos cuerpos y comenzó a desabotonar la blusa de la chica. Ella se echó un poco para atrás, puesto que ella estaba encima de él, para facilitarle la tarea.
Ella aprovechó para tratar de quitarle la camisa y él se levantó un poco más para que ella la pudiera sacar con más facilidad, así que ambos se despojaron de sus prendas superiores y se unieron de nuevo en un renovado y apasionado beso.
Clyde metió las manos por debajo del suave brassier de tela de encaje con facilidad, hasta que sus dedos se apoderaron del duro y virginal pezón de la chica. Ella emitió un nuevo gemido y sintió como se humedecía su intimidad de una manera que jamás le había pasado.
Por supuesto que nunca había tenido una relación sexual completa, sin embargo si había tenido unas caricias con un chico que fue su novio en la secundaria, pero las cosas no pasaron a mayores porque ella tuvo miedo y terminó rechazándolo varias veces.
Pero ahora no quería apartarse ni tampoco, apartar al hombre del que se había enamorado profundamente y que amaba con todo su corazón.
Él tampoco razonaba, solamente quería poseer ese cuerpo que lo enloquecía, tomar esa esencia de la que se había enamorado con locura. Al principio había tratado de evitarlo, no sabía si podía controlarse a sí mismo, o si ella corría peligro, su legado estaba en su sangre y eso lo convertía en alguien fuera de lo común.
Pero luego dejó de preocuparse, de vez en cuando salían juntos y en el cine aprovechaban para besarse y compartir unas tímidas caricias, pero ahora que estaban solos no quería detenerse a meditar.
Terminó de quitar el brassier y así tuvo acceso a ambos pechos, los cuales acariciaba con fruición mientras ella se restregaba con la pierna masculina que estaba entre las suyas.
Ya la pasión estaba subiendo a niveles muy altos, donde ambos solo querían llegar a la consumación del acto, ella se sentía lista, él se sentía preparado.
Clyde la levantó con mucha facilidad mientras se sentaba en el mueble, la cargó hasta ponerla acostada debajo de él, pero antes de besarla de nuevo descendió con su boca por el cuello femenino haciendo que la piel de ella se erizara por completo.
Pero no se detuvo en el cuello, siguió bajando dejando un rastro de fuego en la piel de Megan hasta que llegó a los hermosos y esbeltos pechos, allí se apoderó de ellos con las manos mientras trazaba círculos de fuego con la lengua alrededor de los pezones, los cuales se habían endurecido tanto que parecían hechos de piedra.
Megan gemía suavemente mientras disfrutaba de la enloquecedora caricia, y por instinto, más que por conciencia, sus manos se dirigieron al borde del pantalón de Clyde, procurando abrir el botón de cierre, lo que no se le hizo tan difícil porque él no usaba cinturón.
Pero él también estaba desatando el pantalón de ella, el delicado cinturón metálico cedió sin ningún problema, así como el botón y el cierre. Él bajó el pantalón con suma facilidad hasta que se lo sacó por los pies, dejando expuesto el sensual bikini rosa que ella usaba para cubrir su más recóndita intimidad.
Clyde acarició su pubis por encima de la tela, haciendo que ella se arqueara contra su mano. Luego besó su vientre mientras terminaba de quitarse sus propios pantalones y la ropa interior, quedando completamente desnudo.
Siguió besando su piel y subiendo por su cuerpo hasta que sus labios se apoderaron de nuevo de sus pezones erectos, lo que hizo que ella aumentara sus gemidos por el placer que sentía. Megan acarició la ahora completamente desnuda piel de su novio, y sin perder más tiempo bajó sus manos todo lo que pudo hasta apoderarse del enhiesto miembro masculino, ahora al que le tocó gemir fue a Clyde.
Este se dejó caer sobre el suave cuerpo femenino mientras buscaba la boca femenina para volver a fundirse en un beso infinito mientras las manos de ambos se prodigaban caricias mucho más íntimas.
Clyde se sentía arder, como si tuviera fiebre y Megan sentía como la temperatura del cuerpo masculino parecía aumentar. Ella separó sus piernas y él se movió entre ellas, de manera que el miembro rozaba la intimidad de ella, solo faltaba apartar un poco la delgada prenda y el camino quedaría libre para consumar lo que tanto deseaban.
Pero algo no estaba bien por completo. En medio de la excitación, Clyde pudo sentir cómo sus músculos iban creciendo y su piel comenzó a llenarse de una vellosidad fina pero abundante.
—Hazme tuya, mi amor —jadeó ella sin poder contenerse, al mismo tiempo que elevaba las caderas para facilitar el contacto final, sin darse cuenta de lo que le ocurría a él.
Con un rugido que salió de lo más profundo de su pecho Clyde se levantó y salió corriendo hacia el balcón, saltando sin dudar a pesar de que estaba en un tercer piso.
Ryker esperaba a que llegaran los muchachos que había mandado a liquidar a Clyde y llevarle a su “noviecita” como él la llamaba. Estaba un poco sorprendido de que no hubieran llegado aún, el informante que había llamado para decir que había visto a Clyde, lo había llamado hacía bastante rato para decir que los muchachos habían acribillado al universitario y llevaban a su novia hacia allí.Pero había pasado suficiente tiempo para que hubieran llegado.Por eso había comenzado a caminar por su oficina, inquieto y pendiente de cualquier ruido que sonara por allí.—¿Será que se accidentaron? —dijo el flaco para romper la tensión que había en el ambiente.—Es posible —respondió sin pensar y sin dejar de dar vueltas por la oficina.Los que estaban allí sentían la tensión del ambiente, y nadie quería hablar mucho para no despertar la ira de Ryker.De pronto escucharon la corneta de la van en el portón de entrada del galpón.Ryker saltó hacia la ventana para verla entrar, y con él se asomaron
Al abrir los ojos Clyde se encontró tirado sobre la arena boca arriba, la zona estaba bastante oscura porque había poca luz en la zona y los postes con alumbrado estaban lejos de allí. Su primer pensamiento, después de recordar todo, fue su prometida.«¡Megan!»Sentía como su cuerpo, impactado por más de una docena de proyectiles, se comenzaba a tensar, el extraño pero reconfortante calor de la transformación comenzaba a llenarle el cuerpo a partir del pecho. Clyde estaba extrañado, porque no había pronunciado el conjuro, pero recordó que su bisabuelo, Blake McCallum, había escrito, que cuando era necesario el espíritu del vengador se presentaba sin siquiera pensarlo.Había varias personas asomadas por el barandal tratando de localizarlo, pero no podían verlo con claridad.—No lo veo bien —dijo uno de los que estaban allí.—Creo que se está moviendo —dijo otro.—¿Cómo va a moverse? —dijo uno más— Ese pobre chico lo cosieron a balazos, y con esa arma… Yo sé de lo que hablo, estuve en e
Rachel estaba tan conmovida que su cuerpo lo manifestaba con un ligero temblor y sus ojos se habían humedecido por la gratitud que sentía.—Amor, nunca creí posible encontrar al ser que me había salvado esa vez —su voz sonaba muy emocionada.—Tranquila, mi amor —le decía Clyde mientras la abrazaba con fuerza.Después de unos momentos en silencio donde solo sentían el calor el uno del otro, Rachel se separó de él, para mirarlo con todo el sentimiento de gratitud reflejado en su hermoso rostro.—Yo tenía sospechas —le dijo— Sospechas de que no eras un hombre normal, me refiero a esa vez cuando me salvaste. Sandra y yo fuimos a la cárcel a entrevistar a los sujetos que me atacaron en el parque.—¿En serio? —estaba entre sorprendido y sonriente— ¿Y qué descubriste?—Bueno, que había cosas que no se podían explicar por medios normales—le dijo— Como por ejemplo: que me cargaras hasta el hospital sin cansarte, la demostración de fuerza al tratar a los tipos esos y despacharlos con tanta faci
—No entiendo, Clyde —Megan sacudió la cabeza como para aclarar su mente— ¿De qué me estás hablando, acaso eres gay?A duras penas Clyde pudo aguantar la risa, a pesar de ser un hombre bastante formal, la salida de Megan lo dejó descolocado y le dio mucha risa al mismo tiempo. Pero con eso pudo relajar un poco sus facciones y ya no se sintió tan inseguro.—No, amor, no es eso —Dijo con la cara entre risueña y seria, lo cual le daba un aspecto un tanto cómico.—Entonces… No entiendo, Clyde —le dijo.—Ven, amor —le dijo mientras la conducía al mueble grande de la sala— Te voy a explicar.El joven buscaba en su mente la mejor manera de decirle quién o qué era, pero no encontraba cómo decirlo sin sonar fantasioso.Megan estaba más preocupada que asustada, sin embargo su cerebro pensaba a una velocidad alucinante, se le ocurrieron tantas cosas en esos segundos: enfermedades incurables, ex esposas, fraudes financieros, terrorismo internacional y muchos más. Pero decidió, que si lo amaba debe
Megan se había arreglado a propósito para esa noche, lucía un hermoso vestido de tela suave y brillante que le llegaba a varios centímetros por encima de las rodillas, lo que la hacía lucir sus hermosas y bien torneadas piernas.El escote era generoso, de manera que sus hermosos pechos resaltaban a simple vista. Esa noche Megan se veía impresionantemente bella y sensual. Y así se lo hizo saber su amiga Sandra.—¡Te ves espectacular, Megan! —le dijo con toda sinceridad— ¿En serio vas a seducir al duro de Clyde McCallum?—No voy a seducirlo, Sandra —le dijo ella sonriendo— Lo voy a hacer mío por completo.—Por Dios, amiga —le dijo haciendo gestos de abanicarse con la mano— Haces que me sienta realmente “hot”—Jajajajaja —se escuchó la franca risa de Megan— Si eres tonta. Además, ya sabes como es Clyde, tan formal y caballeroso. Parece como si hubiera nacido unos cuantos siglos atrás.—Sí, es posible —le replicó su amiga— Pero no me vas a decir que no estuvieron a punto de hacerlo cuando
Cuando Clyde llegó a los límites de la ciudad, atravesando el parque que había cruzado para huir había pasado bastante tiempo, los helicópteros y los demás vehículos lo buscaban a varias millas de allí por lo que cuando llegó a un cercado con una puerta alambrada la saltó sin mayores problemas.Había pensado en transformarse en la criatura, o volver a la forma humana, pero sin ropa llamaría demasiado la atención, por lo que decidió seguir siendo un lobo completo. No era raro que de vez en cuando apareciera un lobo en la periferia de la ciudad y algunos hasta se aventuraban a pasear por los parques y calles de la urbe.Por ello era mejor así, caminar con cuidado como un lobo adulto. Ya era algo tarde por lo que las calles estaban prácticamente solitarias, solo tenía que evitar las zonas de diversión y las avenidas principales. Así que tomó calles secundarias y solitarios parques hasta que llegó al urbanismo donde vivía.Un auto lo hizo saltar detrás de un grueso seto en la entrada de l
Último capítulo