Angèle
- ¿Crees que puedes resistirme? Humm...?
- Te odio...
- Esa no es la cuestión... ¿Tienes ganas de mí o no?
- No sé por qué te hago esta pregunta, seguirás negándolo. Entonces, haré como si me hubieras suplicado que te tomara. ¡Estás tan mojada por mi polla!
Él se inserta en mi pequeña vagina, ¡Hoo... qué felicidad!
Hay que reconocer que me siento bien con esta polla que me arará por dentro. Pero nunca lo admitiré.
Me hace sentir increíble. Me hace el amor lentamente, muy suavemente, saboreando cada instante, cada beso, cada caricia. Su cuerpo contra el mío, me abraza contra él. Hay que decir que este pequeño momento me llena y me hace olvidar sus acciones.
Después de una hora de éxtasis, estamos satisfechos.
Pero cuando se retira de mí, me siento vacía. Me siento sola, me siento desamparada.
Pasamos la noche en los brazos el uno del otro.
A la mañana siguiente, me despierto con la cama vacía. Es la primera vez que dormimos juntos. ¡Me siento extraña! Recuerdo nuestros momentos